miércoles, 29 de junio de 2016

Demonios en las sombras

Estoy obstinado en poder terminar este relato, esta expresión fugas y marchita que se escapa de mi interior, como un pequeño caño pinchado, oxidado, que deja salir un poco de gas. Pero el gas así como indispensable para nuestra vida actual, también puede ser muy peligroso. El asesino silencioso, le llaman. Te deja en su sueño profundo para siempre si esa fuga se prolonga, y además, si sos un tanto fogoso, una chispa puede hacer que vueles a todos a tu alrededor.

Si esperas encontrar sentido a mis palabras, lo siento, no vas a encontrar más de lo que hay en mi cabeza: ojos nublados, sentimientos reprimidos, y confusión, demasiada para mi gusto.

Lo importante es que no logro terminar un escrito sobre mis demonios hace bastante. Últimamente soy muy inestable, confundido, tanto que las letras en donde antes encontraba paz ahora solo me proporcionan desconcierto, hacen que me pierda en un mar de emociones, hechos, fantasmas y aliados.

Siendo un adolescente, a un año de alcanzar la mayoría de edad, es normal tratar de definirse, estar ciego en un mundo donde las presiones por encontrarse son inmensas. A un año de tener que elegir una carrera. En un presente donde mis padres no son confortación si no que son estrés. Donde mi sexualidad me da culpa, mis amores son prohibidos. Cuando lastimas lo que tocas, cuando llegas a puntos sin salida. Callejones. Donde no sabes si sos el bueno o el malo. Donde queres jugar a ser grande, pero no sos más que un nene pequeño que llora en los rincones. ¿Qué papel queremos jugar? ¿Hay que jugar algún papel?

Nuevamente siento que me pierdo en los laberintos que mi mente me traza, me disculpo por eso, le he perdido un poco la mano a mi poetización de la realidad. Puede que sea un poco dramático y esto les pase a todos los chicos a punto de cumplir 17 años, con una casa inestable, una sexualidad tan confusa que no solo consiste en saber que género te gusta, creeme, eso sería lo de menos; con una madre que                                  y te echa la culpa de todas sus peleas matrimoniales, donde el dinero empieza a escasear y lo único que tenes por seguro en el universo es que existís, que sos real.

¿Muy pronto para sentirse roto? ¿Muy rápido para sentirse corrompido? Siento que no puedo escapar de mis mentiras, las cuales toman vida propia como una llama que se cobra la vida de un bosque, y así como a los árboles, me arrebata el alma, me saca el aire. Como los besos de ella, como sus caricias, a las cuales no puedo corresponder, a quien tengo miedo de dañar con mis inseguridades, con mis dudas. ¿Y qué si el amor se me desliza entre los dedos como la arena? ¿Y qué si mi vida se basa en solo encuentros fugaces con desconocidos para alcanzar solo el placer físico? ¿Dónde es seguro para llorar? ¿Dónde…? Por favor, decime dónde se encuentra la paz en este mundo que no deja de lanzarme arena a los ojos, perversiones inciertas, amores a los que lastimo, personas que se alejan, enemigos en el espejo.

Esto es lo que soy, un manojo de inseguridades y confusiones, no tengo miedo a revelarlo, puedo luchar contra el resto, y si tenemos claras nuestras debilidades, y sabemos trasparenciarlas y decírselas al mundo, que vengan entre todos a tratar de tirarme, porque claramente la gente no tiene ese poder. Mi único enemigo ahora mismo soy yo mismo, y no se dejen engañar, porque soy un gran mentiroso, un gran actor, y mi mayor performance es el acto de mi vida. No te dejes engañar, te lo repito, porque si me ves sonriendo, no se ni siquiera yo que sea verdad.

No me tengas lástima tampoco, lucho cada día contra los demonios en mi interior, y trato de ganar la batalla, la guerra.

Ya no se muy bien a quien le escribo, como dije al principio, esta es una pequeña fuga de todo lo que hay en mi interior, un porcentaje ínfimo de lo que creo sentir. En las palabras pude volver a encontrar esa seguridad que me es tan difícil encontrar, donde me permito ser sincero.

Esta es la verdad, aprovechala, porque tratándose de mí, ya no se a quien miro en el espejo. Quien miente y quien revela. Quien vive y quien muere. Quien se entrega y quien recibe. Esa respuesta nadie la tiene. Pero al fin y al cabo ¿quién está completamente bajo control de sus demonios?

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Ella… en ella es seguro

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