Lo primero que sentí fue el dolor, un dolor
punzante en mi cabeza, me llevé la mano hacia la frente, y cuando la observé
pude ver que la herida seguía abierta, y que de ella había salido una cantidad
impresionante de sangre. Intenté pararme, pero mi mano estaba apresada a un
extremo de la habitación en la que me encontraba. Era húmeda, oscura y se
notaba que no la visitaban hace mucho tiempo. Las paredes de ladrillos estaban
llenas de polvo, y las telarañas reinaban las esquinas del techo, un lugar
realmente escalofriante.
¿Cómo había llegado allí? ¿Cuál era ese lugar?
- Yo te encerré aquí, para asesinarte – Dijo una
voz familiar.
- ¿¡Dónde estás!? ¿¡Qué es este lugar!? ¿¡Por
qué... –
- Muchas preguntas y pocas respuestas. No tiene
sentido que te responda a todo eso, dentro de unos segundos ya no va a importar – Se notaba un tono de tristeza en
la voz, pero a la vez se escuchaba sinceridad.
- Aunque sea dime… ¿por qué? ¿Por qué debo
morir? No puedo recordar absolutamente nada – Le contesté yo, que estaba al
borde de las lágrimas.
- Mira debajo de ti –
Lo hice, un espejo yacía a mis pies, y cuando lo
observé no pude contener la ira. Era yo, pero con una mirada perturbada,
oscuro, siniestro, malvado. No podía ser. NO PODÍA SER YO ESA PERSONA. Soy
bueno, y nunca me haría algo así a mí mismo.
- Si lo harías, observa tu mano derecha –
Cuando divise el objeto las lágrimas reclamaron
su lugar. Un cuchillo perfectamente afilado y que poseía mi nombre en él. Cerré
mis ojos lo más que pude, sabiendo que nadie me podía defender de mí mismo.
- Todavía no entiendo por qué – Dije, sabiendo
que hablaba conmigo.
- Simplemente le causamos mucho dolor al mundo,
y ya no queremos causar dolor, nunca quisimos… o nunca quisiste – Y esta vez
noté que las palabras brotaban de mi propia boca. – ¿cierto?
El cuchillo se alzó en el aire y me impactó en
el estómago, un golpe mortal, y un golpe mortal se merece un grito desgarrador.
- Cierto – Y la última lágrima rodo por mi
mejilla, dejando mi alma seca y vacía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario