viernes, 4 de abril de 2014

Reseña - Los ojos del perro siberiano

Reseña del libro "Los ojos del perro siberiano" de Antonio Santa Ana, publicado en 1998.

En cada párrafo que leía de “Los ojos del perro siberiano” me encontraba con el sentimiento irrefrenable de querer abrazar a alguien, el personaje tan poco expresivo hacia el exterior me producía indignación, situaciones en las que yo habría roto algo, o habría llorado hasta secar por completo mis ojos, él solo se resignaba ante la tristeza. La sufría, pero sin embargo, se resignaba.

La intolerancia y la discriminación están presentes en el libro y llegaron a lastimarme…

A medida que avanzaba, me daban menos ganas de pensar, al igual que al personaje.

“…No sabía qué hacer, pero sí sabía lo que no quería hacer: pensar…”.

“…Esos viajes que los protagonistas realizan para volver al mismo lugar pero transformados…”

“…Ayer volví, después de tantos años, al río. El agua, las piedras, los árboles, el viento, son los mismos. Yo ya no soy el mismo…”

Vemos a un chico de tan solo 10 años al principio del libro, 13 al final, que se siente “…desnudo y rodeado de cosas que no entendía…” Forzado a hacer cosas que no sabe si son las correctas, forzado a no ver a su hermano por motivos que no son los que una persona racional entendería.

La historia nos empuja a sentir, a hacer una catarsis interior, y por lo menos por un segundo, sentir la tristeza de ese chico en nuestro ser.

Esperaba llorar al final del libro, pero no fue así, tampoco hubo un final sorprendente, solo una lección de vida, “...La vida no es más que eso: Asomar la cabeza, para ver qué pasa afuera, aunque haya tormenta...".

Es mejor vivir triste, que vivir sin sentir nada…


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