Todo era tan silencioso, ni un sonido lógico ni verdadero, mucho ruido, pero a la vez, tanto silencio…
Se tapaba los oídos para no oír las incoherencias, lo ahogaban, le presionaban el pecho, tantas idioteces juntas hacían que se desesperase al punto de querer ser sordo, o por lo menos, poder callar todas esas voces.
Las quería reprimir, quería callarlas, aplastarlas, enmudecerlas, no lograba enfrentarlas.
Y después de todo, sus propios demonios lo consumieron, esas voces internas terminaron por ganar y se convirtió en un perdido más…
Se tapaba los oídos para no oír las incoherencias, lo ahogaban, le presionaban el pecho, tantas idioteces juntas hacían que se desesperase al punto de querer ser sordo, o por lo menos, poder callar todas esas voces.
Las quería reprimir, quería callarlas, aplastarlas, enmudecerlas, no lograba enfrentarlas.
Y después de todo, sus propios demonios lo consumieron, esas voces internas terminaron por ganar y se convirtió en un perdido más…
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