martes, 21 de enero de 2014

Cuestión de sangre - Parte 2

Cada día en la granja de los Greys es una tortura, Lorenzo es una muy mala persona, me da trabajos muy duros para mí, siempre como menos que él y su esposa, Marisa, además nunca lo hago junto a ellos, no soy digna de ese privilegio según él. Una vez cuando yo tenía más o menos 14 años trató de abusar de mí, pero Marisa lo descubrió y lo impidió, luego de eso nunca más lo intentó. Le conté a Thomas ese momento inolvidable, ya que nunca se lo había podido decir a nadie.

Estábamos sentados en el mismo lugar que siempre lo hacíamos, incluso en el día que nos conocimos.

- ¿Sabes? Una vez Lorenzo trató de violarme…-

- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! ¡¿Cuándo?! – Me dijo el muy molesto.

- Tranquilízate, fue hace mucho, y no lo logró, Marisa lo impidió, y después de eso no lo intentó nunca más. Te lo estoy contando porque nunca antes lo había podido contar, y como confío en vos… bueno, solo te lo dije… - En ese momento una lágrima cayó por mi mejilla.

Thomas se paró muy violentamente y con cara de serio también me levantó a mí, entonces se puso muy cerca de mi cara y me dijo.

- ¡Nunca nadie te puede hacer daño otra vez ¿me entiendes?! Si algo sucede me lo tienes que decir y yo me encargo –

Yo me quedé en silencio, pero entonces él me besó, un beso apasionado y tan dulce, mi primer beso. Estuvimos así unos diez segundos, pero entonces yo me separé bruscamente.

- ¡No! No podemos hacer esto, no es correcto, yo… no te amo – Entonces corrí hacia la granja, me encerré en mi habitación y me largué a llorar.

Estaba aterrada, aterrada de ser lastimada, aterrada de ser abandonada, de ser vendida, no quería eso, no lo merecía… Al día siguiente no me presente a nuestro encuentro diario con Thomas, pero al día siguiente a ese si fui, y él estaba allí. Yo corrí hacia él, y lo abracé con toda mi fuerza, entonces lo besé, pero esta vez el beso duró mucho más y ninguno de los dos se apartó, hasta que yo hablé.

- Yo, tenía miedo… no quería, no quiero sufrir – Le dije casi llorando.

- Veo que te olvidaste lo que te dije el otro día, nunca nadie puede hacerte daño otra vez, y “nadie” me incluye a mí… -

Desde ese día mi relación con Thomas empezó a ser cada vez más fuerte, nos veíamos casi todos los días, y nos amábamos cada día más…

Thomas es castigado constantemente por sus jefes por el tiempo que no trabaja como consecuencia de estar conmigo. Hubo una semana que no se presentó a nuestros encuentros, yo me preocupé demasiado, pero entonces un lunes, volví a verlo.

- Perdona que no vine a verte, es que me amenazaron con sacarme el anillo de mi padre, a no ser que trabajase duro. Yo les dije que me lo permitieran quedar, y me pusieron como condición trabajar sin parar durante toda una semana desde las seis de la mañana hasta las once de la noche, y así fue – Entonces Thomas levantó su mano y me mostró su anillo, es precioso. Está hecho de plata, posee una inicial “T”, pero parece como si en algún tiempo también hubiera tenido otra, ya que al lado de la “T” hay un espacio vacío que parece haber sido limado…


No hay comentarios:

Publicar un comentario