“Todo está bien”,
repetía en su mente, lo hacía demasiadas veces para que eso se hiciera
realidad, pero cuando esta lo superó, rompió a llorar en un grito de dolor.
Recordó una frase
que había escuchado varias veces “¿Qué problema hay?, no se murió nadie”, no,
no se había muerto nadie, pero el dolor que le hicieron pasar no se asemejaba a
la muerte, era peor.
Ya cuando tan solo
recordarlo era digno de volver loco a alguien decidió rebuscar en sus recuerdos
y olvidar ese beso, y además la extirpó a ella de su corazón; entonces con un
vacío sin precedentes dijo “todo está bien…”.
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