Se limitaba a mirar la Luna, el satélite natural
que era el compañero incondicional de la Tierra. Se preguntaba qué pasaría si
en ella hubiera alguien que lo estuviera observando a él en ese mismo
instante, los lazos serían iguales que con alguien que estuviese a un par de centímetros, incluso tal vez serían más profundos.
Entonces seguro de que había alguien allí,
sonrío y saludo al lejano satélite, teniendo un nuevo amigo lunar.
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